Esto nos ha pasado a todas en algún momento… Llamas a tu perro, no viene y la sensación muchas veces es la misma que cuando se te cae una bola de helado del cucurucho al suelo así, ¡zás! Y te preguntas ¿por qué mi perro no viene cuando le llamo? A veces detrás de esta pregunta vienen un montón de pensamientos negativos in crescendo fruto de la frustración. Hoy quiero hablarte de cómo convertir esa frustración en investigación y descubrir por qué tu perro no viene cuando le llamas.
Como te contaba en este otro post del blog ( «La respuesta para casi todas las preguntas sobre perros«), la respuesta así a priori a la pregunta ¿por qué mi perro no viene cuando le llamo? (como a muchas otras preguntas perrunas) es…: Depende.
A mí me pasó cuando adopté a Choro, llamémosle la etapa de “analfabeta canina” que daba por hecho que ya “de serie” los perros venían con una pre-programación en la que estaba incluido el “ven”. Y fíjate qué cosas… ¡no es así! 😀
Para poder responder al ¿por qué mi perro no viene cuando le llamo? hay que hacerse algunas preguntas antes. Así tipo Sherlock Holmes (el Sherlock perruno de la serie aquella de los 80… soy talludita , lo sé :P). El orden no es necesariamente éste que pongo a continuación pero sí mola hacérselas todas:
¿Mi perro sabe cómo se llama?
Sé que a esta pregunta tendemos a contestar algo tipo “¡pues claro!” (entremos todos y sálvese quien pueda) Aún así, merece la pena pararse un poco a analizar el asunto: si dices su nombre ¿tu perro te mira? Y esto me lleva a la siguiente pregunta…
¿Sabe lo que significa “ven”?
Quiero decir, le has enseñado que “ven” significa “deja lo que estás haciendo y dirígete como un rayo hacia mi posición” o has dado por hecho que como tú sabes lo que significa “ven” (o la palabra que utilices para llamarle) él ya por ciencia infusa lo sabe también. (échale un ojo a esta entrada donde te cuento más sobre este asunto de las palabras «Por qué necesitas un código de comunicación»). El gran secreto del “ven” es que hay que enseñarlo, igual que el nombre 😉
¿Qué tono de voz utilizo para llamarle?
Porque los perros las palabras en sí mismas no las entienden (hasta que se las enseñamos de una manera en la que asocian el significado a la palabra) pero los tonos de voz los tienen súper pillados y son muy finos a la hora de distinguir estados de ánimo por el tono de voz, la postura, los gestos faciales, por nuestro olor… (Te dejo aquí un artículo de National Geographic sobre cómo los perros captan las emociones) No sé tú, pero yo cuando mi madre me llamaba con el “tonito” aquel… uff, antes de ir necesitaba un momentito para prepararme para el chaparrón…
¿Cuántas veces le llamo innecesariamente?
Porque te puede terminar pasando como al tal Pedro en el cuento de Pedro y el lobo, que le llamas tanto sin que realmente haya una razón y cuando el perro va hasta tí pasas de él porque sólo querías que estuviera más cerca, que ya pues oye… como el que oye llover y cuando viene el lobo… te come. Y esto me lleva a…
¿Premio a mi perro cuando viene?
Y no me refiero sólo a una chuche (que en una fase inicial también) sino a demostrarle con tu actitud, con tus caricias verbales, que te mola un montón que venga… El otro día sin ir más lejos fui testigo de una llamada fallida que no va a ir a mejor si el humano sigue haciendo lo que hizo en aquel momento…
Va historia de Abuelita Cuentacuentos: Imagina… 10:30 de la mañana, miércoles, Magnus y yo (sueltos los dos :P) por el medio de una dehesa llegando a un camino y de pronto oigo en la lejanía…”Asiaaaaaaaaaaaa, ASIAAAAAA” y veo a una perra mix de podenco, atlética y preciosa que se dirige alegremente hacia Magnus a la carrera pero de buen rollo total sin hacer ni caso del humano. Yo aceleré para estar cerca de Magnus por si necesitaba que le echara una mano con la interacción pero la perra fue súper cuidadosa, vino rápido pero frenó cuando estaba a un metro para dejarle claro a Magnus que iba de buenas y Magnus, que normalmente se agobia con perros grandes, entendió que iba de buenas, aunque se puso un poco nervioso.
Asia finalmente atendió a su humano (cuando vio que la interacción con Magnus no daba más de sí y que el humano estaba más cerca y estaba rebotao) y ¿qué hizo el humano? Levantó la mano en un amago de “te pego leche”… al final ha ido hacia tí, que lo primero que recibe cuando se acerca sea una amenaza no es la manera de afianzar vuestro vínculo… El hombre, agobiado, me pidió perdón por el ímpetu de Asia y yo le dije algo como “para nada, si ha sido súper respetuosa” pero él estaba en su película. Ojo que no estoy juzgando al humano de Asia, él sólo quería que ella no fuera como un obús a saludar a Magnus, simplemente no sabe hacerlo de otra manera. Fin de la historia de Abuelita Cuentacuentos ] Moraleja: El venir se premia SIEMPRE.
¿Qué estímulos hay alrededor cuando llamo a mi perro?
Supongo que te imaginas lo frustrante que fue para mí descubrir que Choro en su momento prefería una caca jugosa a venir conmigo… Pero es que una caca jugosa para él era como si yo me encuentro un billete de 100 euros en la acera, me tiro en plancha vamos… y luego ya si eso voy contigo… Lo bueno es que se puede entrenar para que ante estímulos cada vez más poderosos el perro sea capaz de atender a lo que le dices.
Porque realmente cuando hay un estímulo muy poderoso el perro puede no estar siendo capaz de atenderte. A mí esto me pasa mucho… puedo estar pensando en mis cosas y obviar totalmente a alguien que me está hablando de algo… no lo hago a malas, simplemente es que ni lo estoy percibiendo.. Mi madre solía terminar lanzándome una babucha para que reaccionara. Pero por favor esto no lo apliques a tu perro ¿eh?.
Recapitulemos: si después de este análisis has descubierto que no sabes realmente si tu perro entiende lo que significa “ven”, o que le llamas tantas veces sin razón que te has convertido en Pedro el del cuento o que los estímulos que recibe (a parte de tu llamada) son más poderosos que tú, significa que le estás pidiendo peras al olmo y que ya sabes o tienes pistas muy fiables que contestan a la pregunta ¿por qué mi perro no viene cuando le llamo?.
¿Qué hay que hacer? Pues pedirle al olmo lo que puede darte, que básicamente es sombra, porque frutos comestibles no tiene que yo sepa. Es decir, entrena con tu perro para que sepa cómo se llama, qué significa ven, que quiera ir hacia tí porque mola estar contigo, para que sea capaz de enfocarse en tí aunque haya estímulos súper interesantes alrededor… poco a poco, una cosita cada vez y disfrutando. Y si necesitas ayuda, llámame, que yo voy fijo 😛